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CICLO LECTIVO -2020-

ACTIVIDAD N°9

Leer el cuento “La fiesta ajena” (Liliana Heker)

 

https://www.literatura.us/liliana/fiesta.html

 

CONSIGNAS:

 

  1. Describí cómo son los siguientes personajes y explicá qué relación hay entre ellos. Para poder desarrollar esta actividad debemos emplear nuestros propios adjetivos a partir de pensar cómo actúa y se comporta cada uno los personajes.

-Rosaura: -Luciana: -Nena de Moño: -Señora Inés: -Mamá de Rosaura:

  1. ¿Por qué podríamos afirmar que esta narración pertenece a un cuento realista?

  2. ¿Sobre qué hechos construye Rosaura la feliz fantasía de que es una invitada especial durante la fiesta de cumpleaños? Hacé una lista y, en cada caso, explicá por qué ella se siente muy reconocida.

  3. ¿Cuáles son las “pistas” en el cuento que anticipan que Rosaura no gozaba de los beneficios de ser considerada una invitada más? En cada caso, explicá por qué.

  4. La palabra "ajena" puede asociarse a la idea de un otro diferente. ¿En qué sentido Rosaura es ajena a la fiesta de cumpleaños de Luciana?

  5. ¿Qué habrá sentido Rosaura cuando terminó el cumpleaños y recibió el pago sorpresivo? Utilizá, por lo menos, tres adjetivos calificativos para indicar cómo se sentiría el personaje al final del cuento y justificá cada elección.

  6. La señora Inés discrimina a Rosaura. Explicá con tus palabras en qué consistiría dicha discriminación.

Reescribí un final diferente del cuento… ¡¡Seamos creativos!!: Que esta vez Rosaura reciba sus bolsas de regalos (tanto la pulsera como el yo-yo) y le demuestre definitivamente a su madre que estaba equivocada y que era prejuiciosa. Utilizá diálogos tratando de mantener la forma en la que habla cada uno de los personajes.

ACTIVIDAD N°8

Temática:

​

El género realista.

 

Actividad

 

a- Leer , El collar de Guy de Maupassant .

 

 

EL COLLAR Guy de Maupassant

 

 Era una de esas lindas y deliciosas criaturas nacidas como por un error del Destino en una familia de empleados. No tenía dote, ni esperanzas de cambiar de posición; no disponía de ningún medio para ser conocida, comprendida, querida, para encontrar un esposo rico y distinguido; y consintió que la casaran con un modesto empleado del Ministerio de Instrucción Pública. No pudiendo adornarse, fue sencilla, pero desgraciada, como una mujer obligada por la suerte a vivir en una esfera inferior a la que le corresponde; porque las mujeres no tienen casta ni raza, pues su belleza, su atractivo y su encanto les sirven de ejecutoria y de familia. Su nativa firmeza, su instinto de elegancia y su flexibilidad de espíritu son para ellas la única jerarquía, que iguala a las hijas del pueblo con las más grandes señoras. Sufría constantemente, sintiéndose nacida para todas las delicadezas y todos los lujos. Sufría contemplando la pobreza de su hogar, la miseria de las paredes, sus estropeadas sillas, su fea indumentaria. Todas estas cosas, en las cuales ni siquiera habría reparado ninguna otra mujer de su casa, torturábanla y la llenaban de indignación. La vista de la muchacha bretona que les servía de criada despertaba en ella pesares desolados y delirantes ensueños. Pensaba en las antecámaras mudas, guarnecidas de tapices orientales, alumbradas por altas lámparas de bronce y en los dos pulcros lacayos de calzón corto, dormidos en anchos sillones, amodorrados por el intenso calor de la estufa. Pensaba en los grandes salones colgados de sedas antiguas, en los finos muebles repletos de figurillas inestimables y en los saloncillos coquetones, perfumados, dispuestos para hablar cinco horas con los amigos más íntimos, los hombres famosos y agasajados, cuyas atenciones ambicionan todas las mujeres. Cuando se sentaba, a las horas de comer, delante de la mesa redonda, cubierta por un mantel de tres días, frente a su esposo, que destapaba la sopera, diciendo con aire de satisfacción: " Ah! Qué buen caldo! No hay nada para mí tan excelente como esto!", pensaba en las comidas delicadas, en los servicios de plata resplandecientes, en los tapices que pueblan las paredes de personajes antiguos y aves extrañas dentro de un bosque fantástico; pensaba en los exquisitos y selectos manjares, ofrecidos en fuentes maravillosas; en las galanterías murmuradas y escuchadas con sonrisa de esfinge, al tiempo que se paladea la sonrosada carne de una trucha o un alón de faisán. No poseía galas femeniles, ni una joya; nada absolutamente y sólo aquello de que carecía le gustaba; no se sentía formada sino para aquellos goces imposibles. Cuánto habría dado por agradar, ser envidiada, ser atractiva y asediada! Tenía una amiga rica, una compañera de colegio a la cual no quería ir a ver con frecuencia, porque sufría más al regresar a su casa. Días y días pasaba después llorando de pena, de pesar, de desesperación. Una mañana volvió a su casa el marido con expresión triunfante y agitando en la mano un ancho sobre. -Mira, mujer -dijo-; aquí tienes una cosa para ti. Ella rompió vivamente la envoltura y sacó un pliego impreso que decía: "El ministro de Instrucción Pública y señora ruegan al señor y la señora de Loisel les hagan el honor de pasar la velada del lunes 18 de enero en el hotel del Ministerio". 1

 

En lugar de enloquecer de alegría, conforme pensaba su esposo, tiró la invitación sobre la mesa, murmurando con desprecio: - Qué he de hacer yo de eso? -Creí, mujercita mía, que con ello te procuraba una gran satisfacción. Sales tan poco, y es tan oportuna la ocasión que hoy se te presenta!... Te advierto que me ha costado bastante trabajo obtener esa invitación. Todos las buscan, las persiguen; son muy solicitadas y se reparten pocas entre los empleados. Verás allí a todo el mundo oficial. Clavando en su esposo una mirada llena de angustia, le dijo con impaciencia: - Qué quieres que me ponga para ir allá? No se había preocupado él de semejante cosa, y balbució: -Pues el traje que llevas cuando vamos al teatro. Me parece muy bonito... Se calló, estupefacto, atontado, viendo que su mujer lloraba. Dos gruesas lágrimas se desprendían de sus ojos, lentamente, para rodar por sus mejillas. El hombre murmuró: - Qué te sucede? Pero qué te sucede? Mas ella, valientemente, haciendo un esfuerzo, había vencido su pena y respondió con tranquila voz, enjugando sus húmedas mejillas: -Nada; que no tengo vestido para ir a esa fiesta. Da la invitación a cualquier colega cuya mujer se encuentre mejor provista de ropa que yo. El estaba desolado, y dijo: -Vamos a ver, Matilde. Cuánto te costaría un traje decente, que pudiera servirte en otras ocasiones; un traje sencillito? Ella meditó unos segundos, haciendo sus cuentas y pensando asimismo en la suma que podía pedir sin provocar una negativa rotunda y una exclamación de asombro del empleadillo. Respondió al fin, titubeando: -No lo sé de fijo; pero creo que con cuatrocientos francos me arreglaría. El marido palideció algo, pues reservaba precisamente esta cantidad para comprar una escopeta, pensando ir de caza en verano, a la llanura de Nanterre, con algunos amigos que salían a tirar a las alondras los domingos. Dijo, no obstante: -Bien. Te doy los cuatrocientos francos. Pero trata de que tu vestido luzca lo más posible, ya que hacemos el sacrificio. El día de la fiesta se acercaba, y la señora de Loisel parecía triste, inquieta, ansiosa. Sin embargo, el vestido estuvo hecho a tiempo. Su esposo le dijo una noche: - Qué te pasa? Te veo desatinada y pensativa desde hace tres días. Y ella respondió: -Me disgusta no tener ni una alhaja, ni una sola joya que ponerme. Pareceré, de todos modos, una miserable. Casi, casi me gustarla más no ir a ese baile. -Ponte unas cuantas flores naturales -replicóle él-. Eso es muy elegante, sobre todo en este tiempo, y por diez francos encontrarás dos o tres rosas magníficas. Ella no quería convencerse. Eso le parecía humillante como parecer una pobre en medio de mujeres ricas. Pero su marido exclamó: - Qué tonta eres! Ve a ver a tu compañera de colegio, la señora de Forestier, y ruégale que te preste unas alhajas. Eres bastante amiga suya para tomarte esa libertad. La mujer dejó escapar un grito de alegría. -Tienes razón. No había pensado en ello. 2

 

Al siguiente día fue a casa de su amiga y le contó su apuro. La señora de Forestier fue a un armario de espejo, cogió un cofrecillo, lo sacó, lo abrió y dijo a la señora de Loisel: -Escoge, querida. Primero vio brazaletes; luego, un collar de perlas; luego, una cruz veneciana de oro, y pedrería primorosamente construida. Probábase aquellas joyas ante el espejo, vacilando, no pudiendo decidirse a abandonarlas, a devolverlas. Preguntaba sin cesar: - No tienes ninguna otra? -Sí, mujer. Dime qué quieres. No sé lo que a ti te agradaría. De repente descubrió, en una caja de raso negro, un soberbio collar de brillantes, y su corazón empezó a latir de un modo inmoderado. Sus manos temblaban al ir a cogerlo. Se lo puso, rodeando con él su cuello, y permaneció en éxtasis contemplando su imagen. Luego preguntó, vacilante, llena de angustia: - Quieres prestármelo? No quisiera llevar otra joya. -Sí, mujer. Abrazó y besó a su amiga con entusiasmo, y luego escapó con su tesoro. Llegó el día de la fiesta. La señora de Loisel tuvo un verdadero triunfo. Era más bonita que las otras y estaba elegante, graciosa, sonriente y loca de alegría. Todos los hombres la miraban, preguntaban su nombre, trataban de serle presentados. Todos los directores generales querían valsar con ella. El ministro reparó en su hermosura. Ella bailaba con embriaguez, con pasión, inundada de alegría, no pensando ya en nada más que en el triunfo de su belleza, en la gloria de aquel triunfo, en una especie de dicha formada por todos los homenajes que recibía, por todas las admiraciones, por todos los deseos despertados, por una victoria tan completa y tan dulce para un alma de mujer. El le echó sobre los hombros el abrigo que había llevado para la salida, modesto abrigo de su vestir ordinario, cuya pobreza contrastaba extrañamente con la elegancia del traje de baile. Ella lo sintió y quiso huir, para no ser vista por las otras mujeres que se envolvían en ricas pieles. Loisel la retuvo diciendo: -Espera, mujer; vas a resfriarte a la salida. Iré a buscar un coche. Pero ella no le oía, y bajó rápidamente la escalera. Cuando estuvieron en la calle no encontraron coche, y se pusieron a buscar, dando voces a los cocheros que veían pasar a lo lejos. Anduvieron hacia el Sena desesperados, tiritando. Por fin pudieron hallar una de esas vetustas berlinas que sólo aparecen en las calles de París cuando la noche cierra, cual si les avergonzase su miseria durante el día. Llevólos hasta la puerta de su casa, situada en la calle de los Mártires, y entraron tristemente en el portal. Pensaba el hombre, apesadumbrado, en que a las diez había de ir a la oficina. La mujer se quitó el abrigo que llevaba echado sobre los hombros, delante del espejo, a fin de contemplarse aún una vez más ricamente alhajada. Pero de repente dejó escapar un grito. Su esposo, ya medio desnudo, le preguntó: - Qué tienes? Ella volvióse hacia él, acongojada. -Tengo..., tengo... -balbució- que no encuentro el collar de la señora de Forestier. 3

 

El se irguió, sobrecogido: - Eh?..., cómo? No es posible! Y buscaron entre los adornos del traje, en los pliegues del abrigo, en los bolsillos, en todas partes. No lo encontraron. Él preguntaba: - Estás segura de que lo llevabas al salir del baile? -Sí; lo toqué al cruzar el vestíbulo del Ministerio. -Pero si lo hubieras perdido en la calle, lo habríamos oído caer. Debe de estar en el coche. -Sí. Es probable. Te fijaste qué número tenía? -No. Y tú, no lo miraste? -No. Contempláronse aterrados. Loisel vistióse por fin. -Voy -dijo- a recorrer a pie todo el camino que hemos traído, a ver si por casualidad lo encuentro. Y salió. Ella permaneció en traje de baile, sin fuerzas para irse a la cama, desplomada en una silla, sin lumbre, casi helada, sin ideas, casi estúpida. Su marido volvió hacia las siete. No había encontrado nada. Fue a la Prefectura de Policía, a las redacciones de los periódicos, para publicar un anuncio ofreciendo una gratificación por el hallazgo; fue a las oficinas de las empresas de coches, a todas partes donde podía ofrecérsele alguna esperanza. Ella le aguardó todo el día, con el mismo abatimiento desesperado, ante aquel horrible desastre. Loisel regresó por la noche con el rostro demacrado, pálido; no había podido averiguar nada. -Es menester-dijo-que escribas a tu amiga enterándola de que has roto el broche de su collar y que lo has dado a componer. Así ganaremos tiempo. Ella escribió lo que su marido le decía. Al cabo de una semana perdieron hasta la última esperanza. Y Loisel, envejecido por aquel desastre, como si de pronto le hubieran echado encima cinco años, manifestó: -Es necesario hacer lo posible por reemplazar esa alhaja por otra semejante. Al día siguiente llevaron el estuche del collar a casa del joyero cuyo nombre se leía en su interior. El comerciante, después de consultar sus libros, respondió: -Señora, no salió de mi casa collar alguno en este estuche, que vendí vacío para complacer a un cliente. Anduvieron de joyería en joyería, buscando una alhaja semejante a la perdida, recordándola, describiéndola, tristes y angustiosos. Encontraron, en una tienda del Palais Royal, un collar de brillantes que les pareció idéntico al que buscaban. Valía cuarenta mil francos, y regateándolo consiguieron que se lo dejaran en treinta y seis mil. Rogaron al joyero que se lo reservase por tres día, poniendo por condición que les daría por él treinta y cuatro mil francos si se lo devolvían, porque el otro se encontrara, antes de fines de febrero. Loisel poseía dieciocho mil que le había dejado su padre. Pediría prestado el resto. Y, efectivamente, tomó mil francos de uno, quinientos de otro, cinco luises aquí, tres allá. Hizo pagarés, adquirió compromisos ruinosos, tuvo tratos con usureros, con toda clase 4

 

de prestamistas. Comprometióse para toda la vida, firmó sin saber lo que firmaba, sin detenerse a pensar, y, espantado por las angustias del porvenir, por la horrible miseria que los aguardaba, por la perspectiva de todas las privaciones físicas y de todas las torturas morales, fue en busca del collar nuevo, dejando sobre el mostrador del comerciante treinta y seis mil francos. Cuando la señora Loisel devolvió la joya a su amiga, ésta le dijo un tanto displicente: -Debiste devolvérmelo antes, porque bien pude yo haberlo necesitado. No abrió siquiera el estuche, y eso lo juzgó la otra una suerte. Si notara la sustitución, qué supondría? No es posible que imaginara que se lo cambiaron de intento? La señora de Loisel conoció la vida horrible de los menesterosos. Tuvo energía para adoptar una resolución inmediata y heroica. Era necesario devolver aquel dinero que debían. Despidieron a la criada, buscaron una habitación más económica, una guardilla. Conoció los duros trabajos de la casa, las odiosas tareas de la cocina. Fregó los platos, desgastando sus uñitas sonrosadas sobre los pucheros grasientos y en el fondo de las cacerolas. Enjabonó la ropa sucia, las camisas y los paños, que ponía a secar en una cuerda; bajó a la calle todas las mañanas la basura y subió el agua, deteniéndose en todos los pisos para tomar aliento. Y, vestida como una pobre mujer de humilde condición, fue a casa del verdulero, del tendero de comestibles y del carnicero, con la cesta al brazo, regateando, teniendo que sufrir desprecios y hasta insultos, porque defendía céntimo a céntimo su dinero escasísimo. Era necesario mensualmente recoger unos pagarés, renovar otros, ganar tiempo. El marido se ocupaba por las noches en poner en limpio las cuentas de un comerciante, y a veces escribía a veinticinco céntimos la hoja. Y vivieron así diez años. Al cabo de dicho tiempo lo habían ya pagado todo, todo, capital e intereses, multiplicados por las renovaciones usurarias. La señora Loisel parecía entonces una vieja. Habíase transformado en la mujer fuerte, dura y ruda de las familias pobres. Mal peinada, con las faldas torcidas y rojas las manos, hablaba en voz alta, fregaba los suelos con agua fría. Pero a veces, cuando su marido estaba en el Ministerio, sentábase junto a la ventana, pensando en aquella fiesta de otro tiempo, en aquel baile donde lució tanto y donde fue tan festejada. Cuál sería su fortuna, su estado al presente, si no hubiera perdido el collar? Quién sabe! Quién sabe! Qué mudanzas tan singulares ofrece la vida! Qué poco hace falta para perderse o para salvarse! Un domingo, habiendo ido a dar un paseo por los Campos Elíseos para descansar de las fatigas de la semana, reparó de pronto en una señora que pasaba llevando a un niño cogido de la mano. Era su antigua compañera de colegio, siempre joven, hermosa siempre y siempre seductora. La de Loisel sintió un escalofrío. Se decidiría a detenerla y saludarla? Por qué no? Habiéndolo pagado ya todo, podía confesar, casi con orgullo, su desdicha. Se puso frente a ella y dijo: -Buenos días, Juana. La otra no la reconoció, admirándose de verse tan familiarmente tratada por aquella infeliz. Balbució: -Pero... señora!..., no sé... Usted debe de confundirse... 5

 

-No. Soy Matilde Loisel. Su amiga lanzó un gritó de sorpresa. - Oh! Mi pobre Matilde, qué cambiada estás!... -Sí; muy malos días he pasado desde que no te veo, y además bastantes miserias... todo por ti... - Por mí? Cómo es eso? - Recuerdas aquel collar de brillantes que me prestaste para ir al baile del Ministerio? Sí; pero... -Pues bien: lo perdí... - Cómo! Si me lo devolviste! -Te devolví otro semejante. Y hemos tenido que sacrificarnos diez años para pagarlo. Comprenderás que representaba una fortuna para nosotros, que sólo teníamos el sueldo. En fin, a lo hecho pecho, y estoy muy satisfecha. La señora Forestier se había detenido. - Dices que compraste un collar de brillantes para sustituir el mío? -Sí. No lo habrás notado eh? Casi eran idénticos. Y al decir esto, sonreía orgullosa de su noble sencillez. La señora de Forestier, sumamente impresionada, le cogió ambas manos: - Oh! Mi pobre Matilde! Pero si el collar que yo te presté era de piedras falsas!... Valía quinientos francos a lo sumo!...

 

b- Resolver:

 

  1. Ubicar los hechos en un contexto temporal y espacial . Es decir, dónde y cuándo transcurren los hechos.

  2. ​

A) Indicar cómo  el narrador describe a Matilde .

B) Escribir qué cosas no le permitían ser feliz.

 

3. ¿En qué condiciones vivían con su esposo?

4. ¿Qué deseos tenía la joven?

5. Según tu punto de vista el señor Loisel ¿ ama a su mujer e intenta complacerla? Si fuera así,  ¿ de qué manera lo hace?

 

6)  ¿Cómo reacciona Matilde al recibir la invitación para la fiesta?¿ Por qué se pone así?

 

7) ¿Cómo suponía el marido que iba a reaccionar?

8) ¿Qué  cosas hace el señor Loisel para ver a su esposa feliz?¿ Lo lográ?

 

 9) ¿Qué objeto pedirían prestado a la amiga de la joven?

10) ¿Qué ocurre con el collar prestado?

11) ¿ Cómo solucionan ese problema?

12) ¿Qué te pareció el final? ¿ Qué emociones te causó?

12)  ¿Cuál considerás que sea la crítica que intenta desarrollar el autor sobre el ambiente social de Francia en los años en que transcurre el relato? ( Podés buscar información)

 13) Señalar con una cruz qué ítems explicarían los fundamentos de por qué , este  cuento pertenece al género realista.

 

 

- Denuncia la desigualdad y deshonestidad: Muestra el ambiente en el que vive la familia pobre y la mentira deshonesta de la protagonista y su marido.

 

- Refleja la situación social de una época y un lugar determinado. Describe la pobreza del ambiente en el que viven y la falta de dinero lo que hace que sus vidas sean miserables.

 

- Las acciones tienen consecuencia: la protagonista le miente a su amiga sobre la pérdida del collar y termina pagando más de lo que valía y arruinando su vida

 

- Menciona lugares que existen en nuestra realidad: menciona a la llanura de Nanterre.

ACTIVIDAD N°7

Temas:

El realismo y contexto social.

 

Nombre y apellido del alumno:______________

 

 

Consignas de trabajo

 

Recomendaciones: Para lograr una mayor comprensión del texto se debe tener presente los conceptos de objetividad y subjetividad.  Estos conceptos se relacionan con el mundo exterior , tal cual es en la realidad ( mundo objetivo) y nuestro espacio interior de sentimientos, emociones , deseos, pensamientos, opiniones y miedos (mundo subjetivo)

Pueden ver el siguiente vídeo explicativo al respecto.

1- Mirar el siguiente video sobre el Realismo

2- Leer el siguiente material  teórico ampliatorio  sobre el Realismo.

 

La consolidación y el apogeo del Realismo se produjeron en la segunda mitad del siglo XIX. El Realismo fue una consecuencia del movimiento romántico, ambos  movimientos estéticos compartieron elementos comunes, como el surgimiento del sentimiento nacional y el ascenso de la burguesía. Sin embargo, el Realismo corrió el interés del yo individual propio de los románticos al yo social y esto fue lo que, los diferenció.

El realismo se expresó, sobre todo, a través de la pintura y la literatura. Su epicentro fue Francia y luego se extendió a toda Europa.  Este movimiento  buscaba reflejar las injusticias del capitalismo que se enfocaba en explotar a obreros y campesinos en los campos.

En el Reino Unido, el gran desarrollo industrial requirió mano de obra barata , y los niños fueron los más explotados durante largas jornadas de trabajo. El novelista Charles Dickens se dedicó a denunciar estos hechos y muchas otras injusticias sociales a través de sus obras.

El artista del realismo se convirtió en la voz de los oprimidos . Su compromiso comenzó a exceder el área de los estético para adquirir dimensión social. Su deber era ahora la denuncia de todos los aspectos sociales injustos que sufría el obrero, el pobre, el niño que se ve obligado a trabajar para mantener a su familia, el hombre que lucha para poder encontrar su lugar en la sociedad cada vez más materialista e injusta.

Algunas características del Realismo fueron : a) minuciosa observación del mundo, del hombre, de la sociedad. b) Se observaba al hombre como un ser natural ( cómo entidad biológica individual) , como un ser psicológico , es decir, con interioridad propia, afectivo, con pasiones y sentimientos que determinan su accionar.

El artista o escritor del realismo tenía compromiso social, debía tener una observación comprometida y objetiva para descubrir un orden social injusto al que debía denunciar. La escritura debía ser  precisa, concisa, eficaz  y sobria prorizando lo que se quería difundir o mostrar. 

Finalmente a diferencia de los románticos , el verdadero héroe de los realistas no era el yo sometido a las pasiones y los arrebatos del corazón , sino los múltiples yoes sociales o actores sociales  que  sufrían situaciones injustas.

Los románticos usaban el "yo" , la primera persona para su escritura . Esto fue desplazado por los realistas por la utilización de la tercera persona ( "el / ellos" ) , dado que el artista realista era considerado como un mero cronista de su época , y las marcas de escritura no debía tener la marca de subjetividad , sino volverse impersonal hasta tal punto de producir la ilusión de que los hechos se narraban solos, sin la mediación subjetiva del narrador.

A pensar, de que el realismo propició la objetividad para lograr que los hechos se reflejaran " tal como eran" , borrar la marca de subjetividad en la escritura era un poco imposible . La Literatura de Charles Dickens constituye un buen ejemplo de esta imposibilidad. Ya que, los personajes inducen a los lectores a sentir por ellos simpatía o rechazo, lo que significa, de por sí, una toma de posición.

 

 

3- Establecer los aspectos comunes y las diferencias  entre el Romanticismo y el Realismo .

 

4- Indicar

a)  ¿ Cuál era la función del artista o escritor del Realismo?

b)  ¿ Cómo debía ser su  observación con respecto al hombre y hacia la sociedad?  y  ¿Qué tipo de escritura debían desarrollar ?

 

5- Sinteticen las principales características del realismo. ( Utilizar la información del video y del texto dado en el punto 1)

 

6- ¿Quiénes eran los verdaderos héroes del Realismo? Dar ejemplos citados en el texto.

 

7- ¿Consideran qué  puede ser posible borrar las marcas de subjetividad ( opinión personal) en una obra artística o escrito realista?

ACTIVIDAD N°6

​Tras haber leído en las clases anteriores dos relatos clásicos de la ciencia ficción, llegó la hora de aprender sobre los orígenes y características de este género. Para eso te proponemos que observes el síguiente video y respondas las preguntas expuestas a continuación:

  1. ¿De qué temas hablamos cuando hablamos de ciencia ficción?

  2. ¿Cuál es considerado el primer libro de ciencia ficción?

  3. ¿Sobre qué tema se empezó a hablar a principios del siglo XX en la ciencia ficción? Dar algún ejemplo de obra que se mencione y comentar brevemente de qué trata dicha historia.

  4. ¿Qué cambió en este género a partir de la llegada del hombre a la Luna?

  5. ¿Por qué se dice en el video que el miedo “nutre” a la ciencia ficción?

¿A qué se llama Utopía y Distopía en la ciencia ficción?

ACTIVIDAD N°5

Leer el cuento de ciencia ficción titulado  "El ruido de un trueno" (Ray Bradbury) y  responder:

 

El cuento se encuentra disponible en el siguiente enlace:

 

http://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/Ray%20Bradbury%20-%20El%20Ruido%20de%20un%20Trueno.pdf

​

a) ¿En qué año transcurre la historia?

b) ¿Qué elemento tecnológico novedoso se nos muestra en dicho futuro? c) ¿Qué objetivo tenía el protagonista y por qué no lo logra?

d) ¿Por qué la empresa de safaris toma tantos recaudos en los viajes temporales? ¿Qué querían evitar?

e) ¿Qué cambios percibe el protagonista cuando regresa de su viaje al pasado? ¿Cuál fue la causa?

 f) ¿Con qué sonido se relaciona en el final del cuento la expresión "El ruido de un trueno?

g) Si pudieses viajar al pasado, ¿A qué época te trasladarías y por qué?

ACTIVIDAD N°4

1- Leer el cuento “La sonrisa” (Ray Bradbury) y resolver las siguientes consignas:

 

El cuento se encuentra disponible en Internet.  (https://campus.belgrano.ort.edu.ar/lengua1/articulo/639144/-la-sonrisa-de-ray-bradbury)


a) ¿En qué tiempo transcurre esta historia?
b)Describir cómo se encuentra el mundo. ¿Cuál fue la causa?
c) ¿En qué consistían los festivales? Dar ejemplos.
d) ¿Por qué el protagonista del cuento no escupe el cuadro de la Mona Lisa?
e) Interpretar el título del cuento. ¿Por qué se llama así?

 

2- TRABAJO DE ESCRITURA: A partir del relato leído y la explicación del docente, escribir un texto ficcional de aproximadamente una página, imaginando cómo será el futuro de la humanidad y del mundo, tras lo vivido en esta pandemia. 

Algunas preguntas para orientar el trabajo que no tienen que ser respondidas de forma lineal:

¿Cómo se encuentra el mundo? ¿Cuál fue la causa? ¿Qué ocurrió con el ser humano y el resto de las especies? ¿Qué conductas se vieron modificadas? ¿Es un mundo mejor o peor al del presente? ¿Qué hechos trascendentales han ocurrido en ese tiempo? ¿Qué tecnología novedosa existe? ¿Hay robots? ¿Qué función cumplen?

ACTIVIDAD N°3

El equipaje

 

Se había acostumbrado al ritmo del hotel. En esa época del año las noches eran tranquilas, porque no había turismo y los viajantes llegaban siempre durante el día. A la mañana, en cambio, prefería refugiarse en una de las habitaciones vacías, para no oír las voces de los clientes, que entre medialuna y medialuna comentaban el estado de los caminos o el éxito de los negocios. Se sentía muy alejado de la vida de los viajantes, siempre en camino, siempre con la ilusión de que en la próxima ciudad, o en el próximo pueblo, los esperaba la suerte que hasta ahora se les había negado. A él ya no le interesaba viajar; quería un lugar donde afincarse. 

 

Aprovechaba las noches para pasear por el hotel. Recorría los pasillos desiertos, subía y bajaba en el ascensor. Si algún cliente se había mostrado impaciente o maleducado, él se encargaba de perturbar su sueño a través de ligeros golpes a su puerta. 

 

Pero la tranquilidad se interrumpió cuando apareció la valija. Ya la primera vez que la vio -sola, en medio de un pasillo- le produjo un inexplicable desasosiego. Esa vez pensó que alguien la había dejado olvidada. Dos semanas después volvió a encontrarla, abajo, en el hall, junto a uno de los sillones verdes. Estuvo tentado de abrirla, pero se contuvo. 

 

Era una valija de cuero, algo ajada. La manija se había roto, y la habían reparado con hilo sisal. No sabía si estaba llena o vacía, porque ni siquiera la había tocado. Como la mayoría de los pasajeros del hotel eran hombres, supuso que era la valija de un hombre. Mientras miraba, por la ventana del hotel, el camino que llevaba a la ciudad, pensaba en la valija. Tal vez la había olvidado alguien mucho tiempo atrás, y los muchachos del hotel la habían sacado del sótano para hacer una broma. No encontraba otra explicación. A veces se sorprendía pensando en el dueño. Le imaginaba una cara, un oficio, algunas circunstancias. Quizás bastaba abrir la valija para saber cómo era. Las cosas que uno pone en una valija son como el resumen de una vida. Ahí está todo lo que uno puede decir de sí mismo. Ahí está todo lo que uno puede esconder. 

 

Una noche oyó el ascensor que bajaba hacia él. Cuando abrió la puerta, no había nadie, pero allí estaba, por tercera vez, la valija. Volvió a sentir el desasosiego, el temor. Ya era hora de abrirla. No sentía curiosidad; pero quería sacarse de encima el peso de la duda. Soltó las dos trabas y la abrió. 

 

Revisó con cuidado su contenido, como un empleado de aduana que busca en los repliegues una mercancía prohibida. 

 

Había una navaja de afeitar, una novela policial, un frasco azul, vacío. Entre la ropa, encontró una bolsita de lavanda. Fue ese olor lo que le hizo recordar. Entonces reconoció la navaja con la que se había afeitado por última vez, la novela que no había terminado de leer, sus tres camisas, que siempre doblaba con esmero. Reconoció su nombre al pie de una carta en la que se despedía de una mujer que ya, por su cuenta, se había despedido. Reconoció el frasco azul, y recordó el sabor del veneno que había tomado de un trago, por motivos que ahora le parecían ajenos. 

 

Los hoteles son lugares de paso y él necesitaba un lugar definitivo. Salió a la madrugada, a la hora que eligen los viajantes cuando tienen mucho camino por recorrer. Y aunque le pareció que no lo iba a necesitar, llevó consigo el equipaje. 

 

FIN

Pablo de Santis

 

Actividades:

 

  1. ¿Qué sentimientos le provoca la valija al personaje? ¿Por qué?

  2. ¿Qué suposiciones elabora el personaje sobre la aparición de la valija en varias oportunidades?

  3. ¿Qué descubrió al abrir el equipaje? ¿Qué fue lo que recordó?

  4. ¿Por qué el protagonista remarca que él estaba de paso en ese hotel? ¿Cuál era la causa?

  5. A partir de lo que nos enteramos sobre el personaje explicá la siguiente frase: “(…) Salió a la madrugada, a la hora que eligen los viajantes cuando tienen mucho camino por recorrer. Y aunque le pareció que no lo iba a necesitar, llevó consigo el equipaje”.

  6. ¿Este cuento es maravilloso, extraño o fantástico? ¿Por qué? Explicá con tus palabras.

  7. Según lo expuesto en el cuadro siguiente, realizar un breve texto donde puedas relacionar las obras trabajadas en la actividad Nº1 y Nº2, con el género al que pertenecen.

 

Para responder las consignas 6 y 7 tenés que leer el siguiente cuadro:

3er Act- Literatura de 5to.PNG

ACTIVIDAD N°2

ACTIVIDADES DE LITERATURA- 5° AÑO

 

1) Leer el cuento “La pata de mono” (Jacobs) y resolver las siguientes consignas de comprensión lectora:

 

Parte 1

- Describí el ambiente en el que comienza el cuento.

- ¿Cuántos personajes hay? ¿Qué sabemos de ellos?

- ¿Por qué el sargento Morris se resiste a entregarle la pata de mono a los White?

- ¿Cuál es la actitud de cada uno de los White frente a la historia contada por Morris?

- ¿Cuál fue el primer deseo del Sr. White? ¿Qué sucedió cuando lo hizo?

Parte 2

- ¿Cuál es la actitud de Herbert por la mañana?

- ¿Por qué duda en llamar al a la puerta el empleado de Maw & Meggins?

- ¿Cómo y dónde fue el accidente de Herbert? ¿Sobrevivió?

Parte 3

¿Por qué la Sra. White deja de ser escéptica con la pata de mono?

- ¿Cuál es el segundo deseo?

- ¿Qué quiere decir el Sr. White cuando dice "lo reconocí por el traje"? ¿Cuál es su temor respecto al segundo deseo?

- ¿Cuál pudo ser el último deseo?

- ¿Afirma el narrador que Herbert es quién golpea la puerta? ¿Qué otra cosa podria producir esos ruidos?

- Teniendo en cuenta tu respuesta anterior, ¿por qué crees que el narrador hace esto? ¿Qué efecto busca producir en el lector?

2) Observar el video del escritor argentino Alberto Laiseca en el que narra dicho cuento. ¿Qué diferencias sustanciales encontrás entre el cuento original y esta adaptación?

 

https://ciudadseva.com/texto/la-pata-de-mono/ (Link para leer el cuento online)

 

https://www.youtube.com/watch?v=SR9QrwoIzD8&t=4s (link para ver el video de la narración del cuento)

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ACTIVIDAD N°1

  1. La metamorfosis de Franz Kafka y responder:

DE TERROR: La metamorfosis- Pakapaka.

https:// youtu.be/GLQAwFdd1dQ

        A) Gregorio sufre una extraña transformación; sin embargo, a pesar de su condición física, conserva cualidades propias de un ser humano. Armar dos listas, una que contenga los atributos animales de Gregorio y otra con las características humanas que aún posee.

  1. Explicar el comportamiento de las personas ante la transformación de Gregorio en un insecto.

  2. Gregorio y quienes lo rodean se encuentran dentro de la casa; sin embargo, podemos reconocer, en relación a Gregorio, un “afuera” y un “adentro”. En relación con estos aspectos, responder:

  • ¿qué espacio es el “adentro” y quién lo habita?

  • ¿cuál es el “afuera”?

  • ¿qué motivos ocasionan el desplazamiento de los personajes de un sitio a otro?

  • ¿Cuáles son las consecuencias en Gregorio?

  1. Desarrollar los siguientes ejes temáticos:

Aislamiento/ encierro.

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